Conoce algunos emocionantes testimonios de pacientes que lograron encontrar la plenitud gracias a nuestros tratamientos.

Después de varios años de  miedo y dudas decidí consultar sobre el vaginismo
Ya llevaba casi cinco años de casada y siempre había experimentado dolor en las relaciones sexuales

Con Odette pude conversar y aclarar todas las preguntas que por mucho tiempo me hacía sin tener respuestas ya que por vergüenza y miedo no quería hablarlo con nadie y no me atrevía a buscar ayuda.

Sentía que era algo que solo me pasaba a mi, no me sentía una mujer normal y esto empezó a afectar todos los aspectos de mi vida.

El tratamiento desde el principio fue excelente, muy profesional y completo. En cada sesión a través de los ejercicios logré encontrar respuestas, conocerme y superar mis miedos.

Luego de mi última sesión pude tener relaciones sexuales con mi marido y superar todo este proceso que fue muy triste y doloroso.

Mi marido estuvo involucrado en cada paso, lo cual fue muy bueno ya que el tratamiento era para ambos.

Me siento agradecida de haber encontrado este centro que me proporcionó toda la ayuda necesaria para superar el vaginismo que me acompañó por tanto tiempo y que hoy ya forma parte del pasado.

 

¡ Gracias !

Carolina (30) y Pablo (31) (nombres ficticios) llevan 1 años de casados y pololearon 8 años. Ella fue criada en una familia muy conservadora y estudio en un colegio católico. Fue criada en un entorno donde se considera primordial llegar virgen al matrimonio. Él pertenece a una familia en la cual se acepta la diversidad. Debido a que ella fue su primera polola formal, él acepto sin poner trabas la decisión de Carolina, por tanto ambos llegaron virgen al matrimonio.

Tras un año de casados fueron juntos al ginecólogo para hacer los exámenes de rutina y le consultaron al doctor acerca de dolores al momento de la penetración. Él nos recomendó visitar a Odette Freundlich, Kinesiologa y nos anticipo que nos cambiaría la vida. Ambos asistimos juntos, lo cual consideramos primordial para el éxito del tratamiento.

Al comienzo no fue fácil llevar a cabo el tratamiento, mas por un tema de ignorancia que por el tipo de ejercicios que debimos realizar. Creemos que el avance fue muy exitoso debido a que fuimos muy rigurosos en cumplir las tareas y aprender desde lo teórico a lo práctico sobre la sexualidad. Realmente estábamos sorprendidos de lo ignorantes que éramos y estamos seguros que el hecho de mantenernos 100% unidos y abiertos de mente en el tratamiento fue fundamental.

Hoy damos gracias a Dios de haber consultado a Odette quien nos ayudo enfrentar en primer lugar que realmente teníamos un problema, él cual no estaba completamente asumido. Asimismo nos dijeron que no era grave y afortunadamente tenía solución. Odette en la primera consulta nos tranquilizó al comunicarnos que los pacientes que terminan el tratamiento tienen 100% de probabilidad de éxito.

Hoy estamos muy felices de tener relaciones sexuales placenteras y sin dolor. Nos reímos de lo conservadores que éramos para estos temas. El hecho que estemos consolidados en éste ámbito ha hecho que nos amemos aún mas y seamos aún mas abiertos en nuestra comunicación.

En conclusión sentimos que nuestra relación se ha consolidado en plenitud porque a pesar de que antes del tratamiento teníamos una maravillosa relación de amor, admiración, comunicación y confianza, la cual creemos que fue la base para superar esta valla con éxito, hoy estamos convencidos que desarrollar una buena relación sexual es igualmente importante que las otras aristas.

Mi historia es como tantas historias de otras mujeres que sufren o sufrieron de este problema y que se mantiene en silencio, a veces por demasiado tiempo.

Pertenezco a una familia muy estricta en el ámbito religioso y la relación con mis padres siempre fue distante, especialmente con mi madre, mi desarrollo psíquico y físico durante mi adolescencia fue mucho mas lento que el de mis pares, hoy recordando esto me doy cuenta que esto fue mermando mi conciencia sobre el hecho de ser mujer, me crié como una niña con miedo a la gente pero especialmente a los hombres, temor al contacto físico y especialmente al sexo. Aunque se me inculcó que tenía que llegar virgen al matrimonio mi miedo era mas fuerte y esa fue la razón por la que me mantuve virgen, lo que yo nunca pensé era que esa condición iba a durar incluso después de casarme.

Cuando tenía 19 años conocí a mi marido , yo había pololeado antes ,pero esta vez me sentí realmente conectada con alguien y por primera vez pensé en tener relaciones sexuales , pero las veces que intentamos nunca resultó , era bastante frustrante pero al final nos arreglábamos de cualquier manera para pasarlo bien.
Así pasaron 5 años y nos casamos pensando que todo se podía arreglar, pero no fue así, tener sexo siguió siendo una tortura, pese a que mi marido tenía toda la paciencia del mundo y me consolaba después de las incursiones fallidas.

Mi marido leyó un reportaje en el diario sobre un tratamiento combinado con una psicóloga y una kinesiologa; a estas alturas yo ya estaba desesperada y lo vi como una posible salida , así que llamé para pedir hora , y gracias a Dios no me había equivocado , estaba en el camino correcto.
Pedí hora en julio y comencé a visitar a estas 2 profesionales alternadamente y hoy 7 de diciembre, es decir 5 meses después puedo decir que estoy totalmente curada, tengo relaciones sexuales con regularidad y de la manera mas normal del mundo , voy al ginecólogo , que fue muy importante , pues durante el proceso me di cuenta que estaba enferma, y puedo decir ahora que soy una mujer como todas las demás.

Estoy muy agradecida de las dos especialistas pues durante el tratamiento no solo son dos profesionales tratándote sino que se convierten en unas amigas , ojalá más mujeres como yo puedan recuperarse y que lo hagan por ellas ,no solo por tener contenta a una pareja ,yo les digo que si se puede.

“La próxima vez nos va a resultar… la próxima vez…” Y así nos quedábamos tranquilos, mirando hacia el techo y autoconvenciéndonos de que la próxima vez sería distinto. Pero en el fondo, nuestros intentos se hacían cada vez más esporádicos y nuestra “próxima vez” se hacía cada vez más lejana…

¿Por qué lo que para unos era algo tan natural, para nosotros se hacía tan difícil?
Si había algo que no podíamos soportar, eran aquellos inocentes comentarios de nuestros familiares y amigos, que después de 7 años de pololeo y más de 4 de casados, veían que nuestra familia no aumentaba ¿Y qué podíamos decir? ¿Qué se puede responder, si ni siquiera nosotros teníamos la respuesta para lo que nos pasaba?

Ser virgen a los 30 nos estaba pasando la cuenta y no hallábamos la forma de resolverlo. Pero lo que para algunos pudiese haber sido motivo de recriminaciones, para nosotros nunca lo fue. Era nuestro secreto y teníamos que vivirlo juntos.

Hasta que un día leímos un reportaje por Internet y nos dimos cuenta de que no éramos los únicos, y eso nos sorprendió. Nos enteramos de que nuestro problema tenía nombre y apellido, de que era algo mucho más común de lo que nosotros creíamos y, lo que era mejor, que tenía solución.

No lo pensamos dos veces y así llegamos donde la Dra. Odette, quienes nos ayudo a enfrentar y superar en sólo un par de meses lo que se había transformado en años de angustia.

Ahora, mirando hacia atrás, nos damos cuenta de lo sencillo que fue derribar ese muro invisible, y más que arrepentirnos de no haberlo hecho antes, estamos felices por nuestro futuro y de todo lo que está por venir…

Hace dos años atrás fuimos a unas cabañas en el campo para disfrutar de un fin de semana juntos e “intentar” otra vez. Esa vez nuevamente no resultó, y por esas casualidades de la vida compramos el diario y en una revista salió justamente un reportaje de matrimonios blancos o parejas no consumadas. Lo leímos y dijimos, mira, parece que esto es lo que nos pasa. Me quedo dando el vuelta el nombre de las profesionales que atendían. Hace cuatro meses atrás planeamos un paseo a playa, y nuevamente dijimos aquí si va a pasar….Lamentablemente no resultó. Internamente yo había dicho, si esta vez no pasa, consulto a las profesionales del reportaje.

Llegando a Santiago busque en Internet por el nombre que recordaba y llegue a los teléfonos. Habíamos hablado con mi pololo pero el no estaba de acuerdo, decía que éramos felices así y que para que hacer un tratamiento, si alguna vez tendría que resultar….lo malo es que en esto llevábamos 8 años….

Tomé la decisión de pedir hora y consultar sin decirle nada a mi pololo. Entre a la consulta con el alma en un hilo, aterrorizada de que pudiera ser algo sin solución. La primera cita fue la evaluación sicológica. Salí tranquila, con la esperanza de que había llegado a un lugar donde nos podían ayudar. Saliendo de la consulta llame de inmediato a mi pololo para contarle de donde venia. El se puso nervioso y no me creía, no creía que me hubiese atrevido. Le conté en lo que consistía el tratamiento y no estuvo de acuerdo en seguirlo, en realidad tenia sus dudas, así que a la segunda sesión con la Kinesiologa Odette Freundlich, el fue conmigo a salir de sus dudas y aprensiones. El seguía estando indeciso, pero finalmente decidimos intentarlo.

La primera cita con Odette fui más aterrorizada aun porque sabia que se meterían en mi vagina. Trate de relajarme y salí de esa primera consulta ilusionada. Ella me aseguraba el 100% de eficacia del tratamiento. La tercera cita con la kinesióloga Salí llorando, no sabia si seguir, me dolía, me molestaba, me angustiaba estar metida en algo así….En esos momentos el apoyo de mi novio fue demasiado importante. El avance del tratamiento era a pasos agigantados…jamás me había metido un dedo siquiera a la vagina y en la segunda sesión ya lo había logrado…avance sumamente rápido.

Terminado el tratamiento, planeamos con mi pololo irnos a la playa. Teníamos miedo a que no resultara después de todo el esfuerzo que habíamos puesto en el tratamiento.

Esa primera vez fue genial….resulto a la primera, y los dos nos mirábamos y reíamos de felicidad. Para mi era un momento demasiado importante en mi vida, sobre todo por lo difícil que fue lograrlo y la espera de tantos años. Lo más hermoso fue que cuando terminamos, nos vestimos, salimos a caminar y ese mismo día me pidió matrimonio en la playa. Estamos felices.

Hola a todas, tengo 18 años y este es mi testimonio sobre el maldito pero también bendito vaginismo.

Todo comenzó cuando cuando con mi pololo, que actualmente llevamos más de dos años juntos, estábamos disfrutando de nuestros primeros seis meses de relación, todo era perfecto, los dos estábamos enamoradísimos del otro, pero nuestra vida sexual era más maravillosa todavía, antes de conocerlo yo era virgen, por lo que con él estaba viviendo todas mis primeras experiencias sexuales y lo pasábamos excelente, no había nada que decir, hasta que de un día para otro todo cambió; comencé a sentir dolores atroces en cada relación sexual, cada vez eran peores hasta llegar a ser insoportables, nos asustamos mucho y no sabíamos que hacer, buscamos un montón de razones sin resultados, hasta que tomamos la decisión de ir al ginecólogo para que nos pudieran dar una explicación.

En la consulta médica el doctor me examinó y me diagnosticó hongos, me preguntó si usualmente mis genitales me dolían o picaban y mis respuestas claramente eran negativas, ya que los dolores solo existían dentro de las relaciones sexuales, aun así me prescribieron óvulos y cremas acorde a los hongos que supuestamente tenía. Esas cremas y óvulos fueron mi método de tortura durante mucho, cada vez que tenía que usarlas me dolía hasta las lágrimas, ya que al no haber resultados, yo volvía a la consulta de este doctor y cada vez que iba me recomendaba remedios y cremas más fuertes, que me habían sentir como si me quemaran; así pasó un año completo donde yo cada vez estaba más confundida, trataba de buscar soluciones en internet y no las encontraba hasta que llegue a las disfunciones sexuales femeninas y me encontré con el vaginismo, leer sobre esta enfermedad era como leerme a mí misma, tenía todos los síntomas, de hecho en varias de estas páginas se hablaba de que una de las causas podían ser los abusos sexuales, los cuales yo también sufrí en algún momento de mi vida, pero claro necesitaba que un profesional me lo dijera y me explicara cómo salir de esto, por lo que cambié de doctor y fui a la consulta de un ginecólogo amigo de mi familia, me revisó y lo primero que dijo fue que no tenia hongos, que era saludable pero para descartar me mandó a hacer unos doce exámenes para descartar cualquier cosa, me los hice y de nuevo nada, cada vez estaba más confundida y cuando fui a la consulta para que me diera una respuesta sobre los exámenes de nuevo no la encontré, de hecho le hablé sobre mis averiguaciones sobre el vaginismo y me explicó que él no conocía sobre esta enfermedad por lo que tampoco me podía derivar a un sicólogo, me dio unos lubricantes para que usara y me fui a mi casa con aún más dudas. Durante todo este tiempo debo decir que mi pololo estuvo en todas, pasamos por distintas etapas, de frustración, de desgano, de momentos en que yo sufrí los dolores solo para no dejar de ser la mujer que era para él, momentos en que sentimos que ya no iba a poder lograrlo, en que incluso me resigné al hecho de no poder tener relaciones, y en todos esos momentos el estuvo para mí. Después de esta consulta volvimos a la nada hasta que después de unos dos meses mi mamá preocupada por lo que me ocurría también comenzó a investigar y se encontró con la pagina vaginismo.cl, donde se explicaba lo que era esta enfermedad, que era tratada por un equipo de especialistas y donde se aseguraba que esto tenia solución, cuando la vi, pensé que esta era la última luz de esperanza que existía, y que si ya después de esto no había solución debía resignarme y afrontar las consecuencias que esto traía para mi vida amorosa. Para nosotros fue muy difícil ya que el problema del dinero era un gran tema para nosotros, pero había que hacer el esfuerzo como sea y confiamos.

La primera vez que fui estaba muy nerviosa, no sabíamos que iba a pasar pero desde que entré a la oficina de la Dra. Odette me sentí segura de que esto iba a pasar, sus palabras me confortaron y me dieron la confianza que necesitaba para saber que iba a salir de esto, así también conocí a la Sexologa, la cual también tuvo un papel importante en todo esto, ya que con ella me di cuenta de todas las cosas que había dejado de lado por esto, el ser femenina, el ser sexy, el ser yo como persona con carácter, con personalidad y con seguridad de sí misma, pero sobre todo me hizo darme cuenta en como había dejado de ser mujer, así de apoco y después de muchas lágrimas y sesiones donde me hacia darme cuenta de tantas cosas, puedo decir que en cuanto lo emocional he vuelto a ser yo, a ser todo lo que ya no era, y que extrañaba tanto ser, más aún con los ejercicios de la Dra. Odette, que debo decir que al principio fue muy difícil, ya que me había acostumbrado a la sensación de dolor y de miedo por lo que mi mente rechazaba cualquier cosa que se acercara a mi vagina, pero después de muchas luchas mentales y de grandes avances mis ejercicios comenzaron a dar resultado. Recuerdo con mucha emoción uno de los primeros ejercicios, donde pude introducirme un dedo, lo cual para mí en ese momento era un sueño, algo imposible que ni siquiera hubiera podido imaginar, ahí fue cuando me di cuenta que lo estaba logrando y que todo volvería a ser como antes, así también después de usar los dilatadores que eran grandes desafíos par mi y con los cuales no tuve ningún problema, hoy puedo decir que estoy sana. Hace menos de una semana tuve mi primera relación sexual con mi pololo después de meses sin actividad sexual, ya no puedo más de felicidad, fue hermoso, fue perfecto, no sentí ningún tipo de dolor, ni tampoco hubo miedo en mi, fue como era antes, lo pasamos excelente y para los dos creo que fue un momento que jamás olvidaremos, por lo que lo único que me queda decir es Gracias Doctoras por ayudarme a salir de esta, a volver a ser la que era antes, por todas sus palabras reconfortantes que muchas veces nos dijeron, por siempre ser tan lindas con nosotros, por ayudarme a sanar y a devolvernos la vida. Las queremos y recordaremos por siempre.

Mamá virgen
Doce años de eterno matrimonio, un hermoso hijo de cuatro años y un gran secreto, nunca tuvimos penetración. Tengo 33 años, criada por un padre sumamente estricto que decía: “me voy del país si una de mis hijas pololeando queda embarazada”, “que te acompañe tu hermana si estás con tu pololo en la casa”, “cuidadito, cuidadito”… mis compañeras de curso, hablaban de su primera vez, que era doloroso el acto del amor… siempre le decía a mi marido, que mi intención era llegar virgen al matrimonio, muy de acuerdo, pero con el tiempo empezamos a experimentar el deseo de hacer el amor como todas las parejas, lindos momentos, pero al intentar la penetración el miedo a quedar embarazada y al dolor, me atormentaba y hasta ahí llegábamos.

Con el tiempo nos acostumbramos a pasarlo bien así, caricias y roces, y un día me sentí mareada y con muchas arcadas, sorpresa grande, bebé en camino, sentimientos encontrados “felicidad y amor” y “pena y angustia”, “embarazada sin penetración”. Recuerdo cuando mi numerosa familia organizó una celebración por mi embarazo y las tallas se dejaban caer “pero si sólo andaban de la manito”, “miren los tortolitos” “pero si eran solo besitos”…y en mi interior, “si supieran”, “si supieran”. Nueve meses y nació mi hijito maravilloso y con mi marido seguíamos intentando hacerlo bien y no podía, no podía, fobia a la penetración, llegué al punto en que ya no me daban ganas de hacer nada, y nuestro hijito era nuestra única atención.

Un día en el trabajo busqué en la web el tema “embarazo sin penetración”, me arrojaba siempre la página de WWW.miintimidad.cl, leí cinco testimonios que representaban todo lo que me pasaba, dos meses que día a día visitaba la página, leía, leía, leía, dos meses demoré en tomar la decisión de escribir un email a la Doctora Odette, me respondió enseguida, no dudé un minuto tomé una hora y desde el primer contacto personal con ella en su consulta, me entregó confianza absoluta de superar mi tema “vaginismo”. Empecé el tratamiento con gran entusiasmo, era ahora o nunca, cumpliendo todos los ejercicios de la Doctora Odette y las instrucciones que me entregaba la Psicóloga ¡Valor! Un dedito en el interior de mi vagina, luego dilatadores, mis juguetitos que se convertían en las tareas de casa, jamás me hubiera imaginado que sería capaz de introducirlos y sin dolor…. Llegó el momento de debutar y alegría, risas, abrazos, besos, síííííííí lo logramos!!!! Que felicidad!! Lo único que atinaba a decirle a mi marido por fin tema superado!!!!!.

Desde esa noche, enterré los años de enorme frustración y pena, estoy feliz, contenta, tengo mi bebé, mi eternomarido, a quien le agradezco su infinita paciencia “12 años” e incondicional apoyo durante el tratamiento, que con mucho humor se lo tomó. Y por último, como dije: “las diez mejores horas de viaje arriba de un Bus para llegar a Santiago, fueron el tiempo mejor invertido en mi vida”… Gracias Doctoras, por haberme ayudado y darme las facilidades para atenderme con ustedes…

Tengo 34 años y llevo 4 años casada, la vida me cambio en un 100% cuando tuve la necesidad con mi marido de tener un bebe; pero nunca había existido penetración en las relaciones sexuales , llevábamos 10 años juntos y ninguno tenía experiencia anterior , para nosotros era normal no tener penetración , pero más que normal era cómodo porque evitábamos el embarazo y los anticonceptivos, puesto que sabíamos que no podríamos embarazarnos y además queríamos casarnos primero y “ consumar ” nuestro amor en el matrimonio; pues bien nos casamos maravillosamente; ambos sabíamos que nos amábamos por sobre todo.

Hasta que tampoco resulto la penetración el problema era mío puesto que me dolía al menor contacto, era un show el que hacía, y con el tiempo evitamos intentar siquiera la penetración, hasta que llego el momento que decidimos tener un hijo ,y obvio que sin penetración no podía pasar, aunque creíamos que podía suceder el milagro; hasta que un día nos decidimos consultar a un Doctor especialista en fertilidad, y le contamos que no había penetración , pero que pensábamos que alguno de los dos no era fértil, y el doctor trato de hacer una eco transvaginal esto fue en Agosto y no pudo ni siquiera tocarme porque, empecé a llorar al ver el instrumento y sufrir de dolor, su diagnostico; un posible vaginismo que no tenía nada que ver con la fertilidad, lamentablemente el no podía ayudar, pero me derivo donde una especialista en disfunciones sexuales.

Lo único malo que quedaba en Santiago ( yo vivo 500 km de esa ciudad), pero con mi marido gracias a Dios nos decidimos y visitamos a la doctora Odette el mismo mes Agosto, la primera visita nos cambio la vida, ella confirmo el Vaginismo y comenzó el tratamiento que duro aproximadamente 14 sesiones , jamás siquiera me había mirado la vagina, fue maravilloso el cambio, ya en la segunda sesión me podía introducir el dedo, estaba feliz, porque había posibilidad de tener un bebe y disfrutar de la relación sexual, al finalizar el tratamiento en el mes de Noviembre nuestra verdadera Luna de miel fue maravillosa no hubo dolor un poquito de incomodidad, pero el avance fue espectacular , impresionante, los ejercicios los comencé a dejara de manera paulatina hasta que en Diciembre ya las relaciones sexuales eran sin ningún tipo de ayuda, ni dolor ni menos incomodidad.

Lo maravilloso de todo esto es que en la noche Navidad (24 Dic), me realice un test de embarazo y salió positivo , ya tengo 4 semanas de embarazo y con mi marido no cabe más emoción en nuestro corazón…

Es difícil explicar por escrito como me siento ahora que el tratamiento ha terminado; pero resumiendo todo en una palabra, creo que Plena es la palabra precisa, capaz de expresar mucho con sólo pronunciarla.

Cuando me vi enfrentada al diagnóstico de vaginismo, sólo ideas negras se me venían a la cabeza; haber esperado 28 años para perder la virginidad con la persona que amo y no poder hacerlo me hacía sentir “discapacitada”. Sé que discapacitada es una palabra fuerte, que probablemente no aplica a mi situación, pero así era cómo me sentía y no podía evitarlo.

Era mi secreto y el de mi pareja, quien me apoyó en todo: incluso orientándome con quién podía acudir y sin pensarlo dos veces y dejar pasar más tiempo (tiempo que claramente llevaría a culpabilidades, resentimientos) pedí hora con Odette.

Con el paso de las sesiones y la confianza que me daba la kinesióloga Odette Freundlich fui superando mi problema. Perdiendo ese miedo inconsciente, irracional y paralizante pudiendo al fin entregarme por completo al único amor de mi vida…sin dolor, solo calma
Sólo me queda decir que se puede, no lo vean como un imposible. Las cosas no tienen por qué ser así; todas las mujeres y parejas tienen derecho a sentirse tan plenas como yo me siento ahora. Así que luchen y con la ayuda de las personas correctas verán que todo es más fácil de lo que pensaban.

Fui criada en una familia muy conservadora, con padres que no me dieron permiso para pololear hasta los 22 años, muy estrictos y siempre dando como explicación que al pololear podía quedar embarazada y que tenía que estudiar sin distracciones.

Yo y mi pareja tenemos 31 años, nos conocimos a los 21 y a los 22 comenzamos ya formalmente nuestro camino juntos, que con sus altos y bajos ha durado hasta ahora.

Si hay algo que debo agradecer de esta relación es la paciencia que él ha tenido conmigo. En un principio de nuestra relación intentamos con juegos sexuales, pero nunca llegamos a la penetración, luego vino la distancia siempre con el miedo al dolor. Mis piernas se cerraban solas al momento de estar juntos, y hubo un tiempo en que ya no quería siquiera que me tocara porque sabía que él tendría ganas y yo no podría cumplir.

Pasaron los años y el 2016 nos separamos porque la situación no daba para más. Estuvimos en psicólogos, dejamos nuestra casa y cada uno se fue con sus padres, sin embargo, el amor fue más grande y volvimos en un intento de querer solucionar esto, pero no fue hasta julio del 2017 que casualmente mi pareja escuchando la radio se encontró con la doctora Odette. Curioso buscó su página, en la tarde me habló de ella, leí los testimonios. Jamás imaginé que más mujeres tuvieran experiencias tan similares a la mía, a la nuestra. El silencio fue mi mayor error, así como la ignorancia de pensar que esto era sólo un problema mío y que era imposible siquiera tratarlo.

Sin siquiera buscar más, dije Sí, tengo que ir con ella. Agendamos hora y a fines de julio conocimos a la doctora, el diagnóstico: vaginismo. Ya por su página entendía de qué se trataba, pero antes jamás siquiera escuché de este problema.

En la primera revisión sentí pánico, mis piernas estaban tiesas, mi sector pélvico peor aún, pero fue increíble cómo a medida que avanzaba en las sesiones sentía más confianza y menos dolor, obviamente siempre muy atenta de realizar todo lo que la doctora indicaba, y mi pareja ayudando en todas las tareas posibles. En un tratamiento al que hay que dedicarle tiempo y cumplir todas las tareas y procesos indicados por la doctora.

Llegó el momento de nuestro primer encuentro autorizado por la doctora y todo fue mucho más fácil. Han pasado casi 6 meses desde que conocimos a la doctora y si bien ha sido un trabajo con muchos cuidados y siempre muy responsable, debo decir que fue la mejor decisión que pudimos tomar. El dolor ha desaparecido casi completamente y lo más importante es que gracias a que nos abrimos más en el tema sexual, también te das cuenta de que existen miles de formas de pasarlo bien con tu pareja.

Agradezco infinitamente a Dios al hombre que puso a mi lado y la oportunidad que nos dio de encontrar el centro Mi Intimidad y a la doctora Odette. Sin duda nos ha cambiado la vida.

¡Ahora a disfrutar que ya muchos años hemos perdido!!!

¡Se puede y uno se mejora del Vaginismo!

Testimonio de una paciente tratada

Toda mi vida había querido acostarme con mi pololo. Finalmente el día llegó, y me lleve la sorpresa de que me dolió DEMASIADO. Me habían dicho que la primera vez dolía.. pero tanto?

Lo intente un par de veces mas y me seguía pasando lo mismo… Así es que decidí consultar. Ahí me diagnosticaron vaginismo.

Fue terrible. Todo el mundo habla de la vida sexual como algo bacán, sin problemas, demasiado fácil.. y uno acá con dolor!

Termine por otras razones con ese pololo y la verdad es que nunca alcance a tener una vida sexual tranquila y placentera con el.

 

No fue hasta años después que decidí tratarme de una vez por todas y terminar el tratamiento del vaginismo. Fui a Centro Miintimidad donde Odette Freundlich, Kinesióloga, y en aprox 10 sesiones logré mejorarme, MEJORARME!

Y desde ahí partí teniendo una vida sexual increíble. Así de simple! Así es que animo chiquillas, se puede, y uno se mejora!

 

Y con respecto a la terapia,

Por un lado esta la terapia kinesiológica. Odette es seca. Es incómodo ir.. Es incómodo hablar del tema, son muy incómodas las sesiones, pero ella hará que de a poco ya no sea así. Entrégate, relájate, es la única manera de solucionarlo. Te apoyará en todo.

Además fui a un par de sesiones con una psicóloga sexual. Lo recomiendo 100%. Si bien me parece mucho mas importante hacer las sesiones de kinesiología, es demasiado importante que te liberes de todas esos traumas / complicaciones / pudores / vergüenzas o lo que sea que tienes con tu vida sexual. Hay cosas de las que ni siquiera te atreves hablar con una amiga; este es el espacio perfecto para poder hacerlo. Igual, si puedes hablar de estos temas con amigas es mucho mejor, te va a servir muchísimo, y lo mas probable es que mas de una haya tenido algún problema sexual alguna vez… solo que nadie lo dice.

 

En resumen,

El vaginismo es una enfermedad TRATABLE, se soluciona, y después puedes tener una vida sexual increíble!

 

Antes de acudir a mis sesiones con Odette, en Centro Miintimidad, tener relaciones para mí era algo terrible y doloroso.

 

Llevo pololeando harto tiempo y siempre evitaba tener sexo con penetración, y si lo hacía, me preocupaba de haber tomado alcohol antes para no estar completamente consciente en el momento y por ende, que no doliera tanto.

Mi problema era que al momento de la penetración contraía los músculos pélvicos hasta el punto que se tenía que forzar mucho la penetración para que fuera posible (vaginismo).

 

Era muy doloroso, el durante y el después, además, después de cada relación sexual terminaba con una infección urinaria terrible.

 

De verdad lo pasaba muy mal y siempre me quedaba una sensación de que era mi culpa y que era algo incontrolable, algo con lo que iba a tener que aprender a vivir.

 

Llegó un momento en que ya estaba muy afectada con el tema y en un capítulo de sex education (una serie de netflix muy buena) mostraban a una de las personajes usando dilatadores por esta condición que ella tenía, que era el Vaginismo.

 

Partí buscando el concepto en internet, vi muchos videos de personas que padecían esto y lograban superarlo con sesiones especializadas, en donde aprendían a controlar su musculatura pélvica al punto de que superaban el vaginismo y lograban tener relaciones sin problemas.

 

Seguí buscando lugares donde ofrecieran este tipo de tratamiento y llegué a Centro Miintimidad con la doctora Odette.

 

Después de varios meses de tratamiento con ella y con una de las Psicólogas del Centro, Marnely Oliveros, puedo decir que mi vida sexual cambió completamente para bien.

 

Me da mucha pena haberme demorado tanto tiempo en darme cuenta de cual era mi problema y haber tenido que sufrir 3 años de relaciones sexuales dolorosas antes de por fin llegar a una solución.

 

Gran parte de mi problema fue no hablar del tema con nadie y no haber recibido la educación sexual que corresponde para poder darme cuenta de que esto no era normal.

 

Por lo mismo, dejo mi testimonio para que personas que estén pasando por lo mismo sepan que esto no es normal, tiene un tratamiento y con paciencia, se puede superar.

 

Muchas gracias a Odette y Marnely por todo.

Desde los 19 años, cuando intenté tener relaciones por primera vez, hasta los 23 que fue finalmente cuando comencé el tratamiento en Centro Miintimidad, no entendí realmente lo que me pasaba.

 

Nunca pude lograr la penetración porque el dolor que sentía era mucho, pero de alguna manera pensaba que quizás yo era exagerada, o que incluso mi vagina era defectuosa.

 

Cuando finalmente me atreví a buscar ayuda y di con el centro de Odette, me diagnosticaron Vestibulodinia y Vaginismo.

 

Fui derivada donde una Ginecóloga especialista en patología vulvar, la cual me recetó una crema y unos medicamentos a tomar. Seguí las indicaciones al pie de la letra.

 

Si bien en un inicio las sesiones de ejercicios fueron incomodas por el mismo dolor, el avance fue rápido y en conjunto con la Psicóloga Virginia Oms del centro, logré la tranquilidad que necesitaba para poder terminar el tratamiento de manera exitosa.

 

Finalmente, he logrado tener relaciones sexuales de manera completamente normal, sin nada de dolor ni incomodidades.

Igualmente, el éxito del tratamiento ha significado también tener seguridad al momento de relacionarme o el pensar involucrarme con un hombre, ya que antes me era un problema constante al sentirme «defectuosa».

Tanto Odette, como la Psicóloga y la  Ginecóloga que me atendieron durante el proceso, fueron excelentes profesionales conmigo.

Personalmente por ser muy joven y también la poca información sexual que se nos da, sentía mucha vergüenza e inseguridad de pedir ayuda, pero a pesar de todo fue un proceso mucho más ameno y exitoso de lo que me imaginaba.

 

Creo que las mujeres que piensen que podrían tener Vaginismo o cualquier otro problema sexual, deben atreverse a consultar.

Definitivamente existe un antes y un después de esta terapia que hice en Centro Miintimidad.

 

Haciendo un trabajo de retrospección y situándome en donde nos encontrábamos antes de esta terapia, veo que existía mucha ignorancia y desconocimiento respecto al tema, desconocimiento que es intensificado por distintos motivos, ya sea aspectos de la crianza, dificultad de buscar ayuda en familiares o amigos para enfrentar temas tan difíciles y pudorosos como lo son los temas relativo al ámbito sexual.

 

El temor al fracaso, la inseguridad, la incertidumbre, la culpa, el no sentirse normal era parte de toda esta experiencia que vivíamos en conjunto, en silencio, por separado.

 

Finalmente tomamos la decisión de solicitar ayuda y toda esta etapa de acompañamiento psicológico, Kinésiológico y médico ha sido fundamental en este proceso.

 

Creo que el otorgarle un nombre clínico a este problema, saber que es algo que también le ha pasado a mucha gente y que tiene solución, sin ninguna duda marcó la diferencia.

 

Decidimos resolver los problemas en conjunto y no de manera individual, como lo estábamos haciendo antes de iniciar esta terapia.

 

También ha sido importante y es necesario destacar la perseverancia semana a semana respecto a todas las actividades y tareas relativas a la terapia. Probablemente muchas terapias puedan fracasar al no entender que estos procesos pueden ser muy extensos y puede que sus resultados no sean inmediatos. Por ello, es fundamental el apoyo, comprensión y empatía con la pareja, mejorar la comunicación y decir las cosas que pensamos y sentimos.

 

Nunca me he considerado una persona infeliz, pero mirando hacia atrás y viendo todo lo que hemos conseguido hasta ahora, siento un sentimiento de satisfacción y plenitud completa, de haber enfrentado y superado esta situación que sin duda alguna nos hacia replantear y dudar de nuestros propios valores y sentimientos.

 

Reconocer que el ámbito sexual es fundamental dentro de una pareja y complementa todo el amor que sentimos y entregamos dia a dia, nos ha llevado a ir mucho mas lejos y a cada día reencantarnos y renovar nuestros sentimientos.

 

Sin ninguna duda que esta terapia ha tenido un impacto transversal, mejorando también en otros aspectos de nuestras vidas y reconociendo que son muchos los factores que afectan/ayudan a vivir una sexualidad plena.

 

Finalmente, creo que siempre hemos sido una pareja feliz, pero después de este proceso y de la experiencia vivida creo que nos ha convertido en una pareja plena.

Tengo 30 años, soy Médico, tal vez por mi profesión la gente asume que uno tiene la vida resuelta, y tal vez por lo mismo yo tenía miedo de pedir ayuda.

 

Durante la carrera en un ramo se habló del Vaginismo, muy superficialmente pero suficiente para sentirme identificada, pensé que tal vez me pasaba a mí. Y por culpa o gracias a mi profesión también hice un trabajo en soledad sobre mi vida y mi pasado.

 

Cuando tenía unos 12 años fui abusada, un hombre cercano a mi familia me manoseo un par de veces y me obligo a besarlo en la boca. sé que es una situación que es parte de lo que ayudo a construir lo que soy hoy como adulta, pero también sé que no me define como persona.

 

Pensé que esa era la razón por la que nunca había podido tener relaciones sexuales con penetración. aunque yo quería, sentía mucho miedo al dolor, miedo a no poder lograrlo, miedo a lo que pensara el otro de mí y miedo a intentarlo sin poder hacerlo nunca. Por eso preferí dejar de intentarlo, no quería saber que jamás iba a poder tener una relación sexual con penetración.

 

Deje de pensar en eso y deje de intentarlo durante mucho tiempo hasta que en una publicidad de Instagram me apareció el Centro Miintimidad, lo investigue y me pareció una buena opción, esto fue hace 6 meses. No hice nada al respecto porque me asustaba que alguien le pusiera nombre a lo que me pasaba y me dijera que no se resolvería nunca.

 

Hace 5 meses conocí a mi pareja, un hombre maravilloso que me entrego seguridad que no había sentido nunca, me entrego la confianza para abrirme con él y ser honesta con lo que pasaba. Logro quitarme todos los miedos y entregarme el valor para hacer algo por mí, solo por mí.

 

Así contacté a Odette en Centro Miintimidad, fui a la primera consulta y me dijo lo que no quería a escuchar, “si, tienes Vaginismo”. Con mi pareja somos del norte de Chile y yo me encontraba de vacaciones en Santiago, él estaba trabajando allá. Tuve que recibir la noticia sola y comenzar el tratamiento sola. El proceso fue muy abrumador y rápido, en dos semanas ya había completado la mayoría de las sesiones lo que fue una locura. Muchas emociones mezcladas y algo descontroladas. Tenía que aprovechar las dos semanas de vacaciones para avanzar lo más posible en el tratamiento.

 

A pesar de que estuve todo el tratamiento lejos de mi pareja, es siempre estuvo apoyándome y entregándome la valentía que necesita. También el apoyo de Odette fue primordial, además de ser una gran profesional es una persona dulce y contenedora, hizo más sencillo el tema económico que para mí era un problema.

 

Durante todo el tratamiento también estuve con la Psicóloga Paz Alvear, quien me acompañó y guió.

 

Fui derivada a un Ginecólogo excelente.

 

Odette me motivo a seguir a pesar de las dificultades y me hizo cambiar la frase “me duele” por “me gusta y me encanta”, junto a ella todo lo abrumador no lo era tanto.

 

Cuando vi que estaba teniendo avances sentí que todo valía la pena, la plata invertida, el tiempo, la incomodidad, el dolor y toda esta mezcla extraña de emociones valía la pena.

 

Hace unos días nos dieron el alta, lo único que queremos es estar solos en la pieza todo el día porque al fin vamos a tener chipe libre.

Desde que comencé a tener relaciones sexuales nunca sufrí dolor ni incomodidad, sin embargo, había una pose que no lográbamos: “el misionero”. Se me “cerraban” las piernas y me era muy incómodo intentarlo, aunque con mi pareja no lo cuestionamos mucho y disfrutábamos nuestra sexualidad con otras posturas.

 

Cuando fui a mi primer examen ginecológico costó un mundo que el espéculo entrara, el ginecólogo utilizó el más pequeño, pero tampoco pudo. En ese momento me sentí fatal y muy rara en relación con mis amigas que decían que el examen era un trámite cotidiano.

 

Pasaron 5 años aproximadamente, cuando por unas irregularidades en mi periodo menstrual, me pidieron una ecografía transvaginal.

 

Por mi experiencia anterior, pensé que me costaría pero que iba a poder porque me concentraría en estar “más relajada”, pero tampoco pude realizarme el examen.

 

Fue horrible. Me di cuenta de que mi dolor no era psicológico, como me había dicho mi primer Ginecólogo.

 

Volví muy preocupada a mi casa y me puse a investigar hasta que llegué a la página de Centro Miintimidad y pedí una hora con la doctora Odette.

 

Tuve mi primera sesión y luego de varios meses con ejercicios, bajones, muchas veces quise dejar el tratamiento porque me costaba esfuerzo el trabajo con dilatadores, pero seguí hasta que hoy al fin logro ingresar todos los dilatadores y creo que al igual que mis amigas y muchas mujeres, los exámenes ginecológicos serán solo un trámite.

 

Por último, y no menos importante, decir que la ayuda Psicológica guiada por Carolina Matthei fue fundamental en todo mi proceso.

 

Animo a otras mujeres a intentarlo, no dejar pasar el tiempo, ya que la solución está literalmente en sus manos.

 

Me casé muy joven a los 21 años y mi pareja tenía 22, nos casamos ambos siendo vírgenes y sin conocimiento alguno sobre las relaciones sexuales. Venimos de una familia cristiana con muchos principios pero no se tocaba mucho el tema de la sexualidad, el único conocimiento que teníamos era el que nos enseñaron el colegio y lo que mi mamá me explicó por encima sobre las relaciones sexuales.

 

Una vez que nos casamos nuestro primer día de intento fue muy doloroso, pensé que era normal por lo que me habían comentado todas mis amigas, que la primera vez era muy doloroso y sangraba, y no le preste mucha atención pensando que era normal.

 

Luego en nuestra luna de miel lo seguimos intentando y nada era imposible, después de un tiempo fui a consulta con mi Ginecóloga y me realizo todo el control le expliqué todo lo que me sucedía y me comentó que estaba todo normal que tenía una vagina normal sin ningún problema que eso era mental que no me preocupara, que me dejara llevar, luego de eso quede un poco más tranquila hasta que lo seguimos intentando por un tiempo y nada era imposible tener penetración.

 

Yo buscaba en internet y era muy difícil porque no sabía de qué se trataba, hasta que vi una serie se llama Poco Ortodoxa y la chica habló del Vaginismo y en la serie tenía los mismos síntomas que yo, luego busqué por internet el vaginismo y fue cuando conseguí al Centro Miintimidad y a la Dra. Odette.

Comencé a ver los videos y sentí que era tal cual lo que me sucedía, sin embargo estaba un poco indecisa en pedir una hora, hasta que un día tome la decisión y escribí por WhatsApp para agendar la hora.

 

Fui presencial y de allí comencé a realizar mi tratamiento tal cual como me lo indicó la Dra. Odette, al principio me parecía que no iba a poder pero luego fue avanzando y cada vez se me hacía más fácil todo, fui superando cada miedo y conociendo mucho más sobre la sexualidad.

 

Mi esposo estuvo involucrado en todo momento con mi tratamiento, lo cual fue muy bueno porque nos ayudó a ambos aprender tanto de lo teórico como de lo practico.

 

Hoy día gracias a Dios estamos muy felices y agradecidos con la Dra Odette y todo su equipo de profesionales, porque gracias a ese tratamiento pude enfrentar mis temores y avanzar y ahora tenemos relaciones normales sin dolor y placenteras.

 

En definitiva, pensamos que es algo que no tiene solución pero si la tiene, siguiendo al

pie de la letra lo indicado por la Dra y la Psicóloga.

A las mujeres que aún no han tomado la decisión de tratarse, les aseguró que si van a poder avanzar sin problema, no tengan miedo ni pena que es algo normal que le puede pasar a cualquier pareja.

Por mucho tiempo pensé que “me había roto” o que había algo malo en mi, pues hace varios años sentía dolor y ardor al momento del sexo, sin saber porque ni que podía ser.

 

Me sentía muy triste, deprimida y frustrada.

 

Me puse a buscar alguna terapia y por esas casualidades maravillosas de la vida llegué a Centro Miintimidad donde la Dra. Odette.

 

En la primera consulta me dijo que tenia “Vaginismo y Vulvodinia”, palabras que me llenaron de temor hasta que Odette me dijo que eran tratables.

 

Odette me derivó a un Ginecólogo experto en Vulvodinia quien me dio unos medicamentos y una crema para ponerme varias veces al día.

 

Al principio es difícil, pudoroso y cuesta hablar del tema, pero en cada sesión, Odette logra que me relajara y pude ver los avances e ir confiando en ella cada vez mas y sintiéndome cada vez mejor con los avances.

 

También aprendí a conocerme y a preocuparme de mi.

 

El tratamiento es muy completo ya que además de las sesiones kinesiológicas me atendí con la Psicóloga Victoria Rosati, que me acompañó durante el proceso y  que también me enseño a liberarme de pudores e ideas erróneas.

 

¡¡Ahora que termine el tratamiento y me dieron “de alta” puedo decir que soy la mujer mas feliz del mundo y me siento plena…solo puedo agradecerles!!
A todas quienes tienen alguna dolencia, problema o simplemente alguna duda, les recomiendo 100% ir a Centro Miintimidad.

 

¡No se van a arrepentir!

Desde que comencé mi actividad sexual siempre tuve dolores, al principio, creí que era alérgica al latex (lo cuál no era tan descabellado), así que comencé con pastillas para no usar condón, sin embargo, los dolores seguían, aún así aguantaba.

Todo empeoró después que tuve a mi bebé, nadie me creía los dolores ya que no fue parto vaginal, fui a un sin número de médicos y matronas y todos me decían que era Sicológico, que no tenía nada.

Hasta que de pronto, vi en Instagram la publicidad de la doctora Odette,Freundlich, en donde leí un testimonio similar al mío, entonces fui donde ella, y me diagnosticó Vulvodnia y Vaginismo.

El vaginismo me lo traté directamente con ella en un proceso bastante incómodo (sobre todo si eres como yo, un poco conservadora), sin embargo, semana a semana iba notando los cambios.

Una vez me dieron el alta para poder volver a tener relaciones, la verdad es que tuve miedo de que nada haya tenido resultado y al principio si sentí dolor, pero luego de unos minutos disfruté y por primera vez en años, no sentí nada más que placer.

Agradezco enormemente que exista gente como la doctora Odette Freundlich, su equipo de Psicólogas especializadas y los fantásticos Médicos con los cuales trabaja Centro Miintimidad, quienes se han dedicado a estas disfunciones femeninas de las que nadie habla.

Antes de iniciar mi tratamiento sentía mucha preocupación pues hace un año tenía dificultades para lograr y mantener la erección.

 

Hace como 6 meses que no tenemos sexo.

 

Empecé el tratamiento en Centro Miintimidad con la Dra Odette Freundlich que es Kinesióloga especialista en sexualidad, ella me derivó al Urólogo y comencé también con la Psicóloga.

 

Aprendí ejercicios especiales para los músculos del pene los cuales me han servido para tener un dominio más focalizado de la musculatura pélvica y del pene.

Mi pareja también ha participado y me ha apoyado.

 

He logrado iniciar rápidamente la erección con los ejercicios de contracciones que me enseñaron y además ahora puedo mantener la erección por mucho mas tiempo.

 

He ido obteniendo más turgencia y mayor rapidez en la respuesta de excitación.

Me siento mucho más tranquilo, confiado y seguro, ya no tengo miedo de perder la erección porque aprendí técnicas para poder recuperarla en forma rápida.

El mayor cambio que he notado con el tratamiento que hice en Centro Miintimidad , es que he podido conocerme de mejor forma en lo físico, genital y reconocer los cambios corporales en el momento de sentir excitación y antes que vengan las ganas de eyacular.

 

Para mi todo esto era muy desconocido, yo solo quería apurarme para lograr la penetración y eyacular.

 

No sabia que podía sentir tanto placer en toda la etapa antes de la penetración.

Siempre estaba muy ansioso e inseguro pues sabia que no podía durar ni un minuto después de la penetración.

 

Prefería no tener relaciones para no ver la cara de desilusión de mi esposa.

 

Ahora que termine el tratamiento me siento seguro y tengo confianza en mi.

Entendí que este no es un problema que solo me pasa a mí, sino que es más frecuente de lo que se piensa y que es algo que se calla mucho por las falsas expectativas que genera el sexo.

 

Aprendí a controlar mis momentos de ansiedad y a trabajarlo para hacer que no aparezca, en resumen, todo este tiempo ha hecho en mi ser una persona más segura de mí mismo, con mucha más confianza para tomar decisiones y hablar abiertamente temas de sexualidad que antes me costaba mucho.

La relación con mi pareja ha cambiado muchísimo.

 

Antes ella me reclamaba mucho que yo era brusco y me iba directo a los genitales y a la penetración.

 

Con las tareas de focalización sensorial que aprendimos en Centro Miintimidad, nos permitió conocernos mejor las zonas erógenas de nuestro cuerpo y no centrarnos solo en los genitales.

 

Ahora disfruto de la previa y en nuestras relaciones hay mucho mas erotismo, nos atrevemos a jugar a inventar cosas nuevas y hacernos tiempo para estar solos y pasarla bien en la cama.

 

Nos ayudó mucho a fortalecer nuestra relación en cuanto a la comunicación, darnos nuestros espacios y saber lo que nos gusta y disgusta del otro para tratar de mejorarlo.

 

Hubo un periodo difícil en el tratamiento, porque tuvimos que suspender el coito por un tiempo, pero a medida que fuimos avanzando entendimos el porque hay que hacerlo.

 

El mayor cambio es la comunicación y confianza para decirnos las cosas.

Tengo 35 años y estoy con mi pareja hace 2 años.

No sé que me pasó, pero haces varios meses que estoy teniendo dificultad para mantener la erección, antes nunca me sucedía.
Después que me paso la primera vez, empecé a preocuparme y angustiarme antes de cada relación.

 

Mi polola me tranquilizaba, pero igual no lograba llegar hasta el final de la relación y perdía la erección, eso me frustraba demasiado, además sentía que estaba defraudando a mi pareja, porque ella no lograba llegar al orgasmo.

 

A pesar de que ella no reclamaba, me sentía muy culpable.

Después de varios meses decidí consultar y encontré Centro Miintimidad, en donde me evaluaron, me derivaron a Urólogo, para descartar cualquier cosa y me explicaron que debíamos hacer un tratamiento combinado, desde lo físico y psicológico.

Partí con la Dra. Odette y la Psicóloga, con sesiones combinadas.

 

Además, incluimos a mi polola lo cual fue fantástico, pues me apoyo y entendió el proceso.

 

Ahora que termine el tratamiento, me siento feliz, recupere la confianza en mi, me siento más seguro, la comunicación con mi polola mejoro muchísimo y ahora no tengo problemas para mantener la erección hasta el final de la relación.

Desde que inicie mi sexualidad he tenido problemas, pues eyaculo demasiado rápido, me sentía muy frustrado, inseguro y mi autoestima estaba siempre por el suelo. Un día me puse valiente, vi un aviso en redes sociales de Centro Miintimidad, me sentí identificado y pedí ayuda.

La terapia me permitió realizar un reaprendizaje y desmitificar los conocimientos errados que adquirí sobre la sexualidad a lo largo de mi vida.
La ayuda recibida, tanto física como psicológica, me permitió mejorar mi entendimiento sobre el sexo y lograr así tener mejor control sobre mi eyaculación.

Tuve que ser muy constante y persistente con los ejercicios masturbatorios que fui aprendiendo.

A pesar de que ahora no tengo pareja, me siento confiado que cuando llegue la persona correcta, podré poner en practica todo lo aprendido en Centro Miintimidad y que lograre dominar mi ansiedad y la excitación para poder tener mas control sobre mi eyaculación.

Hace más de 1 año no tengo actividad sexual con mi señora, nuestra relación es muy conflictiva y me siento muy preocupado pues no logro iniciar y mantener la erección.

Ella piensa que no me atrae, que es ella el problema, pero no lo es.

Evito tener encuentros, para no pasar vergüenza.

Me ponía muy ansioso y nervioso antes de los encuentros, pensaba todo el tiempo que no sería capaz de mantener la erección.
Me siento poco hombre y me da mucha vergüenza de lo que me pasa.

Hace unos meses llegamos a Centro Miintimidad, en donde fui derivado al Urólogo, Psicóloga y Kinesióloga sexual.

La terapia me ha permitido conocerme mejor y saber cuales son mis sensaciones y cambios corporales en las distintas etapas de la excitación.
Ahora puedo controlar mi ansiedad y el temor a perder la erección.

La comunicación con mi pareja ha mejorado muchísimo, ahora nos atrevemos a decirnos que nos gusta y a tocar el tema de la sexualidad que antes era un tabú entre nosotros.

He tenido sesiones todas las semanas, además de ejercicios que hago solo y otros con mi pareja.

Me siento muy contento con el tratamiento, mucho más confiado.

He notado que la dureza de la erección esta mas firme, puedo lograr la erección sin problema y ya no la pierdo en el momento de la penetración.
Aprendí técnicas y herramientas que puedo aplicar en el futuro y volví a ser un hombre feliz y seguro de mi mismo.

Muchas gracias por l profesionalismo recibido en Centro Miintimidad.
Totalmente recomendado.

Con mi esposa llevamos 7 años de casados y por circunstancias que desconocíamos  teníamos problemas al momento de tener intimidad, ella me indicaba que sentía dolor al momento de nuestros encuentros y que este año el dolor se hacía más grande.

 

Yo no podía entender como ella podía sentir dolor, ya que llevábamos tantos años casados y además tenemos una hija, al principio pensaba que era exageración de ella.

Esta situación empezó a empeorar y a tener consecuencias en nuestra convivencia, por lo cual después de varias discusiones decidimos buscar ayuda profesional.

 

Fue así como preguntando llegamos a la atención con la Doctora Odette, especialista en este tipo de enfermedades, bueno cuando tuvimos nuestra primera cita médica con ella, nos sorprendimos tanto con su diagnóstico ya que nos indicó que mi esposa tenía un vaginismo, nos quedamos mirando con mi esposa y nos preguntamos qué es eso y ahí la Doctora nos explicó, que era la contracción de los músculos internos que se encuentran dentro de Vagina y que pasa por un tema psicológico que domina mi esposa y que interactúa con estos músculos, por eso se producía el dolor al momento del Coito.

Bueno lo primero que preguntamos si esto tenia remedio y la respuesta fue si y que tenía 100% se sanación y que el tratamiento consistía en ayuda de terapias kinesiológicas y psicológicas.

 

Yo en un principio no creía mucho en lo que la doctora nos decía, pero con el pasar del tiempo me fui convenciendo de lo contrario. El tratamiento no es muy rápido, tuvimos que poner de nuestra parte tanto mi esposa como yo, ya que en gran parte de este proceso se debe tener mucha fuerza de voluntad y mirar el tratamiento con mucha objetividad.

 

Para mí lo más difícil fue cuando la doctora al principio del tratamiento me indico que quedábamos con veda de coito, lo cual a mí me costó mucho asumir, me costó comprender que para lograr el éxito debía contener mis ganas de estar con mi esposa.

Bueno logre con la ayuda psicológica y de mi esposa aguantar todo el tratamiento y ahora que la doctora nos dio el pase para volver a tener intimidad con coito, he notado una gran diferencia a lo que pasaba en el pasado, fueron 3 meses de tratamiento pero hoy puedo decir que la espera valió la pena, es muy agradable el poder estar con mi esposa de nuevo y sentir que ella no tiene ninguna incomodidad ni dolor.

 

Gracias a toda la atención dedicada de la Doctora Odette, hoy hemos podido volver a empezar una vida sexual más íntima y placentera no solo para mí, sino que para mi esposa también.

 

Si hay más parejas en las cuales tengan este tipo de complicación en su intimidad yo les recomiendo 100% que busquen la ayuda profesional y recomiendo con mucha seguridad la atención de la Doctora Odette, gracias a Ella hoy con mi esposa podemos seguir juntos sin grandes diferencias ni disfunciones por el problema que teníamos y que gracias a Dios tenia cura. Muchas gracias Doctora Odette.

Tengo 40 años, estoy separado hace 2 años y un hijo de 8 años.

 

Desde que me separé no había tenido una pareja estable, estaba temeroso de reiniciar mi vida sexual, porque siempre sentía que no tenía ningún control sobre mi sexualidad, eyaculaba muy rápido y no alcanzaba a satisfacer a mi señora y a veces perdía la erección al momento de empezar la penetración. Ahora encontré una chica que me gusta mucho, pero tengo mucho miedo a pasar vergüenza y que no resulte. Por esto decidí buscar ayuda en Centro Miintimidad.

 

He realizado sesiones con Psicóloga y con Dra Odette, Kinésióloga y el Urólogo fuera de pedirme exámenes me recomendó un medicamento mientras dure el tratamiento.

 

Me siento feliz de todo lo que he aprendido, ahora estoy conociendo mi cuerpo, mis sensaciones, he aprendido a tomar el control de mi sexualidad y sentirme protagonista. Ya no tengo temor a empezar una nueva relación, ahora, solo me falta practicar.

Siento que mi cerebro da una orden pero, esta no llega a mis genitales, es como si estuviera desconectado. Tengo una pareja estable hace años y esto nunca me había pasado con tanta frecuencia. Estaba muy preocupado, pensé que se me pasaría solo, pero después de varios meses sin cambio, decidí acercarme a Centro Miintimidad.

 

Fui evaluado por Urólogo, Kinesióloga experta en sexualidad y Psicóloga Sexóloga. Afortunadamente pude hacer todo el tratamiento online ya que soy de Concepción, me reunía cada semana con una de las doctoras y algunas sesiones incluimos a mi pareja. Esto fue muy beneficioso para los dos, pues aprendimos a comunicarnos mejor y a n tener miedo de hablar de nuestras dificultades sexuales.

 

Después de 3 meses de tratamiento, puedo decir que me siento muy feliz, aprendí a conectarme con mis genitales, a escuchar mi cuerpo, a estar consiente de lo que voy sintiendo, durante nuestros encuentros sexuales. Ya no tengo temor y logré ser el mismo de antes.

 

Estoy muy agradecido.

Soy una persona joven y sana, hago deportes y nose que me pasó, pero hace 1 año perdí el deseo de tener relaciones con mi polola. Hace 9 meses estamos viviendo juntos y no hemos tenido problemas de convivencia.

 

Mi trabajo esta inestable y estoy cansado y estresado con la pandemia.

 

Nuestra frecuencia sexual ha disminuido bastante y ella me reclama, pero no sabia como resolverlo, así que decidí pedir ayuda en Centro Miintimidad.

 

Me derivaron al Urólogo para descartar algún problema orgánico, pero todos mis exámenes salieron bien.

 

Empecé la terapia aprendiendo herramientas para manejar el stress, mejorar la comunicación con mi polola y técnicas de relajación. Además, entendí que el deseo se puede entrenar y regular; Para eso fue siguiendo todas las indicaciones que me iban dando sesión a sesión. Hoy puedo decir que me siento mucho mas tranquilo, menos estresado y mi deseo sexual volvió, por lo que estamos felices y muy agradecidos.

 

 

 

Escucha algunos de los testimonios relatados por nuestros pacientes: